El suelo interior de tu vehículo comercial debe ser principalmente a medida, de madera contrachapada 12 milímetros y con bordes de aluminio. Estas tres calidades son fundamentales para la resistencia y la capacidad de empleo, pero en particular el material en cuestión podría incluso mejorar.
La zona de carga de tu vehículo merece respeto, porque es el detalle que marca la diferencia. Algo que a menudo es subestimado y que nos ofrece algo más; nos falicita cada día mejorando la calidad de nuestro trabajo ofreciéndonos comododidad, practicidad y seguridad.
Por eso, los materiales en la construcción de los suelos desempeñan una función determinante:
- El suelo tiene que estar hecho necesariamente en contrachapado fenólico finlandés con doce capas de paneles de un milímetro de espesor. Estos últimos, claramente, deben ser pegados entre sí, haciendo que el suelo sea flexible y a la vez resistente al peso y a los desplazamientos, siendo al mismo tiempo robusto y compacto.
- El diseño del mismo deberá realizarse utilizando un pantógrafo que modele el suelo del vehículo en función de la medida del plano de la furgoneta y de la caja, proporcionándolo a la dimensión interior del vehículo. A la altura de las aberturas, puertas y portaequipajes, debe necesariamente tener perfiles de aluminio para hacerlo aún más resistente, siendo estas las zonas más propensas a tensiones por el avance de mercancías y personas.
- La superficie debe estar revestida de una capa de pintura, una especie de resina protectora que servirá para tener mayor adherencia y no resbalar y es también un válido y probado antimoho. Gracias a esta especial y estudiada protección de silicona, el suelo será más seguro y mantendrá intacta la calidad de una vez. Además la particular pintura evitará que el suelo absorba aceites u otros líquidos que a largo plazo lo harían mal parecido y sobre todo inutilizable.
